Una anciana muere y llega al Cielo. En las puertas del mismo se
encuentra con San Pedro, y se ponen a conversar. De repente escucha
unos gritos espeluznantes.
No te preocupes por eso-le dice San Pedro-. Es sólo que le están
haciendo los hoyos en la espalda a alguien para poder ponerle las
alas... La viejecilla se pone un poco nerviosa con esto, pero
continúa conversando.
Diez minutos más tarde, se escuchan nuevos y escalofriantes gritos.
-¡Pero, Dios mío!-exclama la viejecilla-. ¿Y ahora qué está
sucediendo?
-No hay nada de qué preocuparse-le contesta San Pedro-. Lo que pasa
es que están haciendo las perforaciones que se necesitan para
instalar las aureolas
-¡Ah, no, eso sí que no!...-dice la viejita- ¡No soy capaz de
resistir todo esto! Mejor me voy al infierno.
-¡Pero no puedes hacer eso! -le dice el portero celestial... - ¡No
te puedes ir al infierno! ¡Allí abusarán de ti y te violarán!
-¡No me importa, para eso ya tengo los hoyos hechos!